Mi Ritual Personalizado: Cuidado Bucal contra la Sensibilidad

La sensibilidad dental, también conocida como hipersensibilidad dental, se produce cuando la capa interna de los dientes, conocida como dentina, queda expuesta. Esto puede suceder debido a varios factores, incluida la recesión de las encías y la pérdida de esmalte.

Las encías pueden retraerse debido a problemas de salud bucal como la acumulación de placa o enfermedades como la gingivitis, malos hábitos de cepillado y envejecimiento natural. Todo ello puede exponer las raíces de los dientes que carecen de protección del esmalte.

El esmalte, la capa externa dura de los dientes, puede desgastarse debido a los alimentos y bebidas ácidos, al cepillado demasiado agresivo y al envejecimiento natural, exponiendo la dentina que contiene túbulos que transmiten los estímulos externos directamente a los nervios.

La sensibilidad dental no indica necesariamente una infección o enfermedad.

Sin embargo, si la sensibilidad se desarrolla repentinamente o empeora con el tiempo, podría indicar problemas más graves como caries, dientes agrietados, daño en el nervio o infección, lo que requiere una visita al dentista.

La sensibilidad dental también puede ser una consecuencia de la retracción de las encías, lo que provoca que las raíces de los dientes queden expuestas.

Los dientes sensibles a menudo son el resultado de la dentina expuesta debido al desgaste del esmalte o a la retracción de las encías. Te recomendamos que consultes a tu dentista o higienista con regularidad para recibir tratamientos profesionales y consejos sobre el manejo de la sensibilidad.

En casa, es importante practicar la limpieza interdental a diario para eliminar la placa y las partículas de comida que quedan entre los dientes. Esto ayuda a prevenir las enfermedades de las encías, la recesión de las encías y la caries, que también pueden causar sensibilidad.

A continuación, cepíllate los dientes, utiliza un cepillo de dientes de filamentos suaves y una pasta dental desensibilizante para proteger el esmalte y reducir el dolor. Sigue cada etapa de tu ritual de cuidado diario con productos suaves y específicamente diseñados para evitar dañar tus encías y esmalte.

También es aconsejable limitar los alimentos y bebidas ácidos y azucarados para evitar un mayor desgaste del esmalte.  

Las encías actúan como una barrera protectora contra las infecciones, lo que significa que cualquier cosa que afecte a su salud puede afectar a todo el cuerpo.  

Las investigaciones han relacionado la enfermedad de las encías con más de 50 enfermedades sistémicas, incluidas afecciones graves como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. 

Seguir un ritual de cuidado bucal diario completo de limpieza diligente a lo largo de la línea de las encías y entre los dientes puede eliminar y prevenir la acumulación de placa.

Muchos factores pueden afectar a tu salud bucal, desde los hábitos hasta la edad, las afecciones médicas y los medicamentos. Por eso, es importante estar al tanto de los primeros indicadores de que algo puede estar mal.  
 
Estos indicadores tempranos incluyen:

• Sangrado durante el cepillado o el uso de hilo dental: el sangrado ocasional puede ser el resultado de hábitos de limpieza interdental irregulares o de un cepillado demasiado agresivo, pero el sangrado constante durante o después del cepillado puede indicar inflamación de las encías, que puede volverse grave si no se trata.
• Inflamación de las encías: la placa acumulada a lo largo de la línea de la encía (que se convierte en sarro si no se elimina) puede provocar inflamación de las encías, que se manifiesta como hinchazón, enrojecimiento y sangrado.
• Mal aliento persistente: el mal aliento crónico (halitosis) generalmente se origina en la lengua, pero también podría indicar etapas tempranas de afecciones más graves, como la enfermedad de las encías.
• Sensibilidad a la temperatura: una mayor sensibilidad a los alimentos calientes o fríos puede indicar erosión del esmalte, caries o encías retraídas.
• Molestias en los dientes o en la boca: el dolor en los dientes o en los tejidos blandos de la boca puede deberse a caries, daño dental o irritación por la acumulación de placa y sarro.

Si experimentas alguno de estos síntomas, asegúrate de hablarlo con tu dentista o higienista dental en tu próxima visita.

Si tus encías están sangrando, es importante que prestes atención a este posible primer signo de la enfermedad de las encías. Te recomendamos que visites a tu higienista o dentista para identificar la causa subyacente. El sangrado de las encías a menudo puede ser un signo temprano de gingivitis, que, si no se trata, puede progresar a una periodontitis más grave.

Mientras tanto, continúa practicando tu ritual diario de cuidado bucal, que incluye el paso crucial de la limpieza interdental. La limpieza interdental, con un cepillo interdental, hilo dental o un interdental de goma (según tus preferencias), es importante porque ayuda a eliminar la placa de entre los dientes.

La acumulación de placa es una causa común de inflamación de las encías. Cuando practicas el ritual diario de limpieza de estas áreas, puedes reducir el impacto de las bacterias dañinas que causan la irritación de las encías y prevenir la progresión de la enfermedad de las encías.